"El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional" decía Buda después de años de aprendizaje y meditación. ¿Es el sufrimiento realmente algo que podemos elegir?
La vida a veces nos empapa de dolor, nos sacude tan fuerte que parece que no volveremos a levantarnos, nos inunda. El dolor nos desgarra y nos rompe el alma cuando es profundo.
Una cosa es lo que nos sucede, y otra muy diferente es cómo lo vivimos. Es muy importante aceptar las cosas como vienen, incluso las negativas, para no engañarnos, pero eso no implica quedarse ahí, conformarse, ni tampoco significa regodearse en el fango.
En algunos momentos en la vida asociamos el sufrimiento con la “normalidad” o lo que tiene que ser, hasta el punto de que cuando falta pensamos que “algo falla”, y así, uno encuentra nuevas razones para poder seguir sintiéndose mal. Uno puede incluso llegar a sentirse culpable de sentirse bien, con lo cual acaba de terminar con su bienestar, por el mismo sentimiento de culpa.
¿Cuál es la diferencia entre dolor y sufrimiento?
A veces utilizamos dolor y sufrimiento como sinónimos pero son cosas diferentes. El dolor es genuino, natural, legitimo y necesario para vivir, para seguir aprendiendo y arriesgando cada día un poco. Cuando nos abrimos a la vida, nos puede llegar el dolor en cualquier momento. Al enamorarse, al tener hijos, al elegir una forma de vivir determinada, al hacer amistades, al perder a alguien, en todas estas ocasiones nos hacemos candidatos al dolor. Por tanto, el dolor está presente en nuestra vida lo queramos o no. Normalmente el dolor se relaciona con una pérdida, con un duelo. Es una sensación que puede llegar a ser de corta duración si lo dejamos sentir adecuadamente. El dolor es proporcional a la pérdida que tuvimos. Puede comprender varias emociones como por ejemplo, la tristeza o la rabia.
El dolor es necesario porque nos ayuda a crecer, a desarrollarnos como personas, a cambiar nuestro orden de prioridades y a valorar lo que la vida nos ofrece. Desgraciadamente, somos seres que aprendemos por opuestos, es decir: valoramos las cosas, cuando las perdemos.
El sufrimiento, sin embargo, es anclarnos al dolor de forma permanente, dejarnos arrastrar por el dolor más tiempo del necesario, consciente o inconscientemente, y normalmente proviene de la no aceptación: no aceptamos lo que nos ha tocado vivir, no lo integramos, no lo dejamos ser, y por lo tanto, no incorporamos el aprendizaje que nos proporciona. Es decir, no vemos más allá del dolor inicial que nos ha provocado esta situación y la convertimos en un problema vital que nos impide ver la oportunidad de crecimiento y expansión que trae implícita, pues toda moneda tiene su cara y su cruz, y siempre hay un regalo detrás de cada crisis.
¿Qué hay detrás del sufrimiento?
MIEDO. Los miedos no son reales, son creaciones mentales basadas en creencias, pensamientos o ideas del pasado que proyectamos en el futuro. Juzgamos situaciones, personas o hechos en base a nuestras percepciones personales, basadas en la interpretación de la realidad que hace nuestra mente. Y siempre estamos interpretando, SIEMPRE, por eso, ante una misma situación siempre habrá tantas versiones de la misma como personas hayan estado presentes.
Los miedos esconden siempre una falta de amor y de confianza en la vida y/o en nosotros mismos. Un rechazo de lo que nos está pasando y/o una negación de nuestra capacidad personal de superación. En vez de aceptar y fluir con la vida que se manifiesta a través nuestro, como seres vivos, y en concreto, como seres humanos, y confiar en ella, nos resistimos, juzgamos y etiquetamos lo que nos ocurre como bueno o malo, juzgamos a las personas que nos rodean como buenas o malas.
Todas las situaciones que nos toca vivir, aunque en un principio nos parezcan negativas (como una enfermedad grave o la muerte de un familiar cercano), esconden un regalo: la posibilidad de desarrollarnos. La posibilidad de conocernos más y mejor, de descubrir partes de nosotros que no conocíamos, de llegar a ser la mejor versión de nosotros mismos y recordar lo que realmente somos.
¿Qué beneficios secundarios obtengo del sufrimiento?
Sufrir es llevar un peso en la mochila durante demasiado tiempo, sin ni siquiera plantearnos la opción de ir aligerando la carga. Sufrir es no querer mirar el dolor, querer evitarlo e instalarnos en lo "incómodo" como una forma de vida.
Estos podrían ser algunos de los "beneficios" que obtenemos de sufrir. Víctimismo, en lugar de responsabilizarse de lo que está pasando. Sufrir nos concede el derecho de ser "especiales". Tengo ira porque tengo derecho a tenerla, ya que sufro por lo que me ha pasado...
Negarme a vivir el dolor, defenderme del dolor
No responsabilizarme de mi dolor.
Buscar una persona que sea mi "salvador" y que me saque de mi sufrimiento
No aceptar la situación que me produce dolor. ¿Porqué a mi?
Ser víctima y manipular a mi entorno a mi antojo.
Atraer al "público" para llamar la atención y sentirme querido.
Quedarme como estoy, en el pasado sin moverme hacia el futuro.
"Sufrir es más fácil que actuar".
-Bert Hellinger-
Actuar pasa por abrirnos al dolor, aceptarlo, acogerlo y expresarlo para que lo podamos atravesar y pasar a la siguiente emoción. ¿Es el sufrimiento opcional? Sí, en la medida que podemos ahorrarnos el sufrimiento de más, aceptando nuestro dolor, dándole un espacio y responsabilizándonos de él. Para dejar de sufrir necesitamos aceptar que estamos sufriendo, validar nuestro dolor y ver cuál es la ganancia secundaria que estamos obteniendo con ese sufrimiento. ¿Te atreves a abrirte al dolor?
Técnicas para empezar a sentirse bien, como:
Divertirse
Agradecer las pequeñas cosas de cada día
Cuando algo nos duele, aprender a preguntarnos ¿qué puedo aprender de esto? ¿en qué sentido puede convertirse este dolor en una oportunidad para crecer?
Poner foco en lo que uno quiere, y en lo que YA tenemos, somos…
Dedicar tiempo a lo que a uno le realiza, desde la consciencia plena.
La gran pregunta para hacerse en este sentido es ¿qué te hace feliz? La vida es demasiado corta como para hacer de ella un mero ensayo…
"La vida es una obra de teatro que no permite ensayos; por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida... antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos." Fragmento de un poema de Charles Chaplin (1889-1977) Actor y escritor británico
...hay decisiones dolorosas, pero más doloroso es no tomarlas 😉